Un agente de seguros es una persona física o jurídica autorizada legalmente para intermediar entre una compañía aseguradora y el cliente. Su función principal es asesorar, ofrecer y gestionar la contratación de seguros en nombre de una aseguradora concreta, actuando como representante de la misma. A diferencia del corredor de seguros, el agente mantiene un vínculo contractual con la entidad aseguradora.
Existen dos tipos principales de agentes: el agente exclusivo, que trabaja con una sola compañía, y el agente vinculado, que puede representar a varias aseguradoras. Ambos deben estar inscritos en el Registro Administrativo de Distribuidores de Seguros y Reaseguros de la Dirección General de Seguros (DGSFP) en España.
Entre sus responsabilidades destacan: analizar las necesidades del cliente, proponer productos adecuados, gestionar la documentación, realizar seguimiento de siniestros y ofrecer asesoramiento durante toda la vida de la póliza. Su papel es clave para simplificar el proceso de contratación y ofrecer una experiencia más personalizada.
Por supuesto. Un agente de seguros está capacitado para ofrecerte información detallada sobre seguros de viaje, explicarte las coberturas más importantes, como asistencia médica internacional, equipaje o cancelaciones, e incluso recomendarte planes con coberturas específicas para mascotas o deportes. También puede orientarte en la contratación de un seguro de defensa legal para proteger tus intereses ante conflictos familiares, laborales o de consumo.
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