Un broker de seguros es un mediador independiente entre una persona o empresa y varias compañías aseguradoras. Su objetivo es encontrar la mejor póliza posible para su cliente, analizando de forma imparcial las opciones del mercado. A diferencia de un agente exclusivo, no está vinculado a una sola aseguradora.
El agente representa a una aseguradora y actúa en su nombre, mientras que el broker trabaja para el cliente. Su labor consiste en asesorar con objetividad, comparar coberturas y condiciones, y conseguir la mejor protección disponible. Además, puede ofrecer pólizas con ventajas exclusivas o condiciones negociadas.
Entre sus funciones destacan: analizar necesidades del cliente, solicitar presupuestos, explicar coberturas, contratar pólizas, realizar seguimientos, gestionar renovaciones y asistir durante siniestros. También ayuda a interpretar cláusulas complejas y evitar condiciones abusivas.
Un broker especializado puede gestionar seguros de viaje con coberturas adaptadas a cada viajero: asistencia médica internacional, cancelación de vuelos, pérdida de equipaje o repatriación. Es muy útil para empresas que envían empleados al extranjero o para viajeros frecuentes.
En los seguros de defensa jurídica, los brokers ayudan a contratar pólizas que protegen frente a litigios, reclamaciones o conflictos legales. Su experiencia facilita comprender garantías legales, exclusiones y coberturas complementarias.
El broker ahorra tiempo y esfuerzo al cliente, ofrece asesoramiento sin conflictos de interés, garantiza un análisis completo del mercado y actúa como interlocutor ante incidencias o reclamaciones con la aseguradora. Su acompañamiento durante toda la vigencia del seguro mejora la experiencia del asegurado.
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